San José bendito
tú has sido el árbol elegido por Dios
no para dar fruto, sino para dar sombra.
Sombra protectora de María, tu esposa;
sombra de Jesús, que te llamó Padre
y al que te entregaste del todo.
Tu vida, tejida de trabajo y de silencio,
me enseña a ser fiel en todas las situaciones;
me enseña, sobre todo, a esperar en la oscuridad.
Siete dolores y siete gozos resumen tu existencia:
fueron los gozos de Cristo y María,
expresión de tu donación sin límites.
Que tu ejemplo de hombre justo y bueno
me acompañe en todo momento para saber florecer
allí donde la voluntad de Dios me ha plantado.
Que tu sombra sea mi protectora
durante todos los dias de mi vida
para mantenerme a resguardo
de quienes quieran hacerme mal.
Amén.
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