Oh Bienaventurado San Alejo,
que después de treinta y cuatro años
de la más rigurosa penitencia,
pudiste por revelación del cielo,
ver el día de tu dichosa muerte,
y entonces oíste aquellas dulces palabras:
"Siervo fiel y bueno,
entra en gozo de tu Señor"
Haz que a imitación tuya
mortifique todas mis pasiones
y trate de imitar tus grandes y heroicas virtudes
para que de ésta manera obtener
tu poderosa intercesión.
Alcanzadme de la Santísima Trinidad
la gracia de alejar los espíritus malignos
que quieran perturbar mi persona.
Quiero que mediante Dios nuestro Señor
alcance la gracia de no ser seguido de los malos vecinos,
ni perseguido por los enemigos;
que sean alejados de donde yo esté.
Santo Domingo Fuerte,
Santo Domingo Inmortal
por Jesús, María y José
líbranos de todo mal.
Pues Alejo eres tan poderoso
como el trono del Señor,
Alejo Santo piadoso
alcanzadme el favor de alejar a ________,
Creo, creo, creo,
que moriste en tu cuartucho húmedo de tu propia casa, estabas durmiendo en el suelo duro,
ni una queja exhalabas
de banquete delicioso Alejo Santo Piadoso.
Esta virtud está aprobada por tu virtud
mediante Dios Nuestro Señor.
Quien la usare y cargase no morirá de repente
y será libre de toda enfermedad contagiosa
y alejado de las desgracias del hogar.
Récense tres Credos a la Santísima Trinidad
y una Salve a Nuestra Señora del Carmen.
OFRENDAS A SAN ALEJO
Aunque jamás se encontrará en el ritual romano ninguna ofrenda de frutos o dulces, a San Alejo se le ofrecen frutos secos y miel, en memoria de sus tiempos de extrema pobreza, consagración a Dios y fidelidad a sus ideas.
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