San Cipriano, obispo del Campo
Mayor,
líbranos de hechizos y de todo malhechor.
líbranos de hechizos y de todo malhechor.
Es tan inmenso el poder
que te concedió el Señor,
que en manos del malhechor
que en manos del malhechor
nadie
podrá perecer.
Prometiste socorrer
al que está
necesitado;
sanas al maleficiado
sanas al maleficiado
a la mayor
brevedad,
como das libertad
como das libertad
al infeliz encarcelado.
De todo el que está afligido,
sois
celestial consuelo;
tú eres escala del cielo,
tú eres escala del cielo,
de todo el
que a ti ha ocurrido;
tú amparas al desvalido
a toda hora
e instante
y eres seguro consuelo
y eres seguro consuelo
de quien te aclama constante.
Contra rayos y temblores
es dulce
tu advocación;
quien te da su devoción
quien te da su devoción
nunca se
verá en prisiones.
Destierras las tentaciones
que te
presenta el demonio;
quien tus prodigios no mengua
tú
libras de mala lengua
y de falsos testimonios.
y de falsos testimonios.
En fin, el
que esta oración
trajere en su compañía,
trajere en su compañía,
le
prometiste sería
libre de persecución;
libre de persecución;
La mujer que
en la aflicción
de su parto te rezare
de su parto te rezare
y con fe te
invocare,
mitigará su inquietud;
mitigará su inquietud;
tú amparas
por tu virtud
a todo el que te invocare.
a todo el que te invocare.
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