='' HECHIZOS, ORACIONES Y MAGIA: mayo 2012
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¡Padre nuestro Jesús Nazareno!


Al considerar vuestra bondad y vuestro amor para conmigo,
un grito de gratitud sale de más labios,
diciéndoos: ¡Jesús mío, os amo!


Por nuestro amor bajasteis a la tierra
y sufristeis dolores acerbísimos,
muriendo clavado en una cruz;


por nuestro amor os disteis, como manjar,
en el Sacramento de nuestros altares;


por nuestro amor os manifestáis en esa Imagen bendita,
coronado de espinas, con los ojos lánguidos
y el rostro dolorido, símbolo de vuestro sufrimiento.


¡Gracias, Señor!
Y para corresponder a tantos favores
os pido la gracia de cumplir siempre vuestra ley santa
y de morir en vuestro amor.


Amén.





Señor, Jesús, que fuiste calumniado,
detenido y condenado
por el poder político y religioso,
por aquellos a quienes querías salvar.
 Haz, Señor, que me respeten, que no me
quiten mi fama, mi libertad, mi alegría.

Ayúdame siempre, sobre todo
en los momentos más dificiles de mi vida.
 Hoy te pido, de una manera especial,
que me concedas

(pidase lo que se desea).

Haz que descienda sobre nosotros tu justicia,
fundamentada en el amor,
para que vivamos en concordia,
respeto y paz.







Acudimos a Ti, ¡Oh Madre de la Soledad!,

para que nos acompañes y ayudes en las

penas y tribulaciones;


de manera que el sufrimiento nos purifique

para ser dignas hijos tuyos;


y con tu poderosa intercesión

nos acerques a tu Divino Hijo.


De rodillas ante Ti, te pedimos nos

consigas de nuestro Padre Celestial

el perdón de nuestros pecados.

Por mediación de tu Hijo Jesucristo.



Virgen de Soledad

Ruega por nosotros


Virgen de Soledad

Ten misericordia de nosotros


Virgen de Soledad

Bendice nuestros trabajos y nuestros hogares


Amén.






Suplico la sublime influencia
de la Reina María Lionza,
como a mi protectora y
por la virtud que Dios le ha concedido.


A ti Reina Poderosa,
te entrego todas mis necesidades
para que me brindes toda tu amorosa protección
que me libere de todo mal
y proveas la felicidad a mi hogar
y que la luz de Dios me guíe
y guíe mis pensamientos.


Soy, Reina Poderosa, admirador tuyo,
por tu fuerza, conocimientos y tu gran benevolencia,
te pido en el nombre de Dios me irradies mi cuerpo
con tu Santo Fluido para alejar los malos pensamientos
y toda mala acechanza.


Ata de pies y manos a mis enemigos
para que no puedan dañarme.
¡Oh Poderosa Reina!,
en tu compañía venceré,
con tu fuerza me protegeré,
con tus fluidos me bendecirás
y con el poder de Dios me ayudarás a vencer.


No he de retroceder porque tú estás conmigo,
me ayudarás en todas mis necesidades
y serás guardián de mi hogar contra mis enemigos
y contra las malas influencias.


Bajo tu amparo me acojo.


Amén.



(se rezan 3 Padres Nuestro y 3 Ave María)


El color de vela para la Reina Maria Lionza es azul celeste.






Me dijeron que te llamabas María,
mis ancestros te decían Yara,
en mi país te bautizaron Coromoto,
como Progenitora me pariste,
te he amado como Esposa,
me provees como Pachamama,
por primera vez te vi
a la cara como María Lionza...


y me di cuenta que eres
la misma de siempre...

Madre, bendíceme para siempre.



(TOMADA DE UNA ESTAMPA DE VENTA EN EL MUSEO DE ARTE CONTEMPORÁNEO - CARACAS)







En el nombre de Dios Todopoderoso:
Tres Divinas Personas.
En el Nombre del (+) Padre (+) del Hijo
y del (+) Espíritu Santo.

Amén.


Así como le sirvieron al heroico Indio Guaicaipuro

para alcanzar la más preciada dote,

galardón y virtudes, que supieron cosechar,

aprovechar y festejar el conglomerado de sus tribus

de las cuales era Cacique.


Me acojo a tu inefable protección,

amén del buen Dios,

para que me favorezca de todo peligro

y me guíe en todos mis actos.


Así sea.


Amén.


Encienda una vela amarilla.





Este es el conjuro real,
para todos mis enemigos,
en el portal de Belén nació mi Señor Jesucristo.

Ante él he de conjurarlos.
Si tuviesen ellos pactos con el diablo,
oraciones al Justo Juez,
credos al revés, misas negras,
oraciones conjuradas al Ánima Sola,
oración de los Cabrito Negros,
que el Padre Eterno se las quite.

Yo los conjuro en el nombre del Padre,
en el nombre del Hijo,
y en el nombre del Espíritu Santo.

Amén.

Para que ningún mortal e inmortal,
hombre o mujer nacido de la tierra puedan combatirme,

porque yo llevo en mi alma
la Santa Cruz bendita de mi Señor,
y en mi poder este poderoso conjuro real,
que me librará de mis enemigos.

Amén.








Necesitas:


Canela en polvo.
1 cucharada de ruda seca.
1 cucharada de mejorana seca.
1 cucharada de albahaca seca.
1 cucharada de bardana seca.
1 cucharada de perejil seco.
1 cabeza de ajos.
3 flores amarillas.
2litros de agua.
Incienso en grano.
Carboncillos.
12 rosas rojas.





 
Oración: Salmo 57.
(la encuentras en este blog en

Mejor día de la semana: sábado.

Mejor hora: desde el anochecer hasta el amanecer.

Fase de la Luna. Cuarto menguante.


Esparce canela por toda la casa y luego bárrela hacia la puerta de entrada, una vez fuera de la casa recógela en un papel y tírala a la basura en la calle, no la vuelvas a pasar a la casa.

Recita la oración una vez en cada habitación.

Pon el agua fría en una cacerola junto a la ruda, la mejorana, la albahaca, la bardana y el perejil y hiérvelo 15 minutos. Echa la cabeza de ajos y las flores amarillas y cuécelo otros 15 minutos. Retira del fuego, tapa la cacerola y deja que se enfríe.

Cuélalo y pon la mitad del líquido en el cubo de fregar con un poco más de agua del grifo y la otra mitad en un pulverizador.

Esparce el líquido por toda la casa, sitios altos, rincones, dentro de los armarios… y friega el suelo. Mientras haces la limpieza debes concentrarte e imaginar como todo lo negativo sale de tu hogar.

Cuando este seco enciende el incienso en carboncillo y pásalo por toda la casa, déjalo unos minutos en cada habitación con las ventanas cerradas. Cuando estén todas las habitaciones “humeadas” ya puedes ventilar.

Coloca las rosas cerca de la entrada y tíralas a la basura según se vayan marchitando.

Recita la oración nuevamente en cada habitación.








1. Ten misericordia de mí, OH Dios, ten misericordia de mí;
Porque en ti ha confiado mi alma,
Y en la sombra de tus alas me ampararé
Hasta que pasen los quebrantos.

2. Clamaré al Dios Altísimo,
Al Dios que me favorece.

3. El enviará desde los cielos, y me salvará
De la infamia del que me acosa; Selah
Dios enviará su misericordia y su verdad.

4. Mi vida está entre leones;
Estoy echado entre hijos de hombres que vomitan llamas;
Sus dientes son lanzas y saetas,
Y su lengua espada aguda.

5. Exaltado seas sobre los cielos, oh Dios;
Sobre toda la tierra sea tu gloria.

6. Red han armado a mis pasos;
Se ha abatido mi alma;
Hoyo han cavado delante de mí;
En medio de él han caído ellos mismos. Selah

7. Pronto está mi corazón, oh Dios, mi corazón está dispuesto;
Cantaré, y trovaré salmos.

8. Despierta, alma mía; despierta, salterio y arpa;
Me levantaré de mañana.

9. Te alabaré entre los pueblos, oh Señor;
Cantaré de ti entre las naciones.

10. Porque grande es hasta los cielos tu misericordia,
Y hasta las nubes tu verdad.

11. Exaltado seas sobre los cielos, oh Dios;
Sobre toda la tierra sea tu gloria.








Yo conjuro a los sietes rayos de Changó,
por el santo nombre del Todopoderoso,
para que hagan temblar los corazones de mis enemigos.


Yo te conjuro, oh poderosa Santa Bárbara,
para que tus ojos sean los míos,
y mis ojos sean los tuyos.


Haz que ninguna entidad maligna pueda llegar a mí,
haz que tus rayos hagan temblar la morada
de aquellos que me combaten,
disuelve todo obstáculo.


Oh poderoso espíritu elemental de la tierra:
combina tus fuerzas con las mías
para que el poder del maligno se retire.


Amén.




Gloriosa Santa Barbara, mi madre santísima,

que en la tierra Yesa, naciste,

por tus potencias divinas tengo tanta devoción que admiro tus grandezas

y a ellas confío, para que me libres de candelas,

hechicerías, muerte repentina,

cuides los alrededores de mi casa de malos ojos

y personas envidiosas, fortifica a tus hijos y

líbranos de todo peligro con tu poder inmenso,

tu que eres firme, nunca retrocedes

porque Dios Todopoderoso te dio ese poder con tus fuerzas Lucumi,

para siempre triunfe el que esta oración lleve consigo,

tu que en la tierra Yesa todos te admiran tu poder,

así con tu espada nos defenderás

y con tu manto nos cubrirás.

SANTA BARBARA LUCUMI, del mal nos libres.

SANTA BARBARA LUCUMI, este conmigo.

SANTA BARBARA LUCUMI, Reina y madre,

concédeme mis peticiones

y la gracia de que viviendo

y muriendo te alabe y bendiga.

Amen.


NOTA.- El que lleve esta oración debe bañarse los viernes y despojar su casa con: Tres ramas de albahaca, un poco de agua de rosa y loción de Pompeya








Yemaya Orisha Obunrin dudú,

kuelú re meye abayá ni re oyú,

ayaba awó gba okí mi,

Iyá ogá ni gbogbo okuo,

Yeye Omó eyá,

lojunoyina ni re ta gbogbo akun nini iwo ni re olowo,

nitosi re Omó terriba,

adukue Iyá Mi.



Santa mujer negra,

con sus sietes Rayas en su cara,

Reina Adivina, reciba el saludo,

Madre Dueña de todos los mares,

Madre hijo del pescado,

allá lejos tiene su asiento o trono,

bajo el mar donde usted tiene sus riqueza

para su hijo(a) obediente,

Gracias Madre mia.






Señor Jesús, te ofrecemos todo el día:

nuestro trabajo, nuestras luchas, nuestras alegrías y nuestras penas.

Concédenos, como a nuestros hermanos de trabajo,
pensar como Tú, trabajar contigo y vivir en Tí.

Danos la gracia de amarte con todo nuestro corazón
y de servirte con todas nuestras fuerzas.

Que tu Reino sea un hecho en las fábricas, en los talleres,
en las minas, en los campos, en la mar, en las escuelas,
en los despachos y en nuestras casas.

Que los militantes que sufren desaliento por no tener tabajo
permanezcan en tu Amor y les ayudes a encontrarlo.

Y que los obreros muertos en el campo de honor del trabajo
y de la lucha, descansen en paz.

Madre de los pobres.
Ruega por nosotros.

AMEN





Color de Vela: Rojo


Divino glorificador de las almas,
que concluidos los dolores, tormentos y penas de la Cruz, estando ya para expirar
y en las últimas agonías de la muerte,
esforzando la voz dijisteis a vuestro Eterno Padre
en la séptima y última palabra:

“En Tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu”,
e inclinando la cabeza expirasteis.

Os manifestasteis después en el seno de Abraham
para glorificar, con vuestra divina presencia
las almas santas.

Por el dolor de los dolores,
que penetró el corazón de vuestra Soberana Madre,
al ver apagada la luz de vuestros ojos con la muerte,
os encomendamos, Señor, las santas almas,
para que concluidos y acabados ya los dolores,
tormentos y penas del Purgatorio,
las recibáis en vuestras divinas manos
para glorificarlas con vuestra divina presencia en el Cielo.

A los que tantas veces han intentado quitaros la vida
con sus culpas, haced piadosísimo Señor,
que verdaderamente arrepentidos
digan en la hora de su muerte:

“ En Tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu”.
Y logre yo, Señor, lo que os pido en esta oración,
si ha de ser para mayor honra vuestra
y glorificación de mi alma.

Amén.






Color de Vela: Azul Celeste.

Espíritu protector que velas por mí incesantemente, tú que tienes esta misión, ya por el placer de hacer el bien, ya para el progreso y purificación de tu espíritu, sálvame.

Durante la noche mi espíritu va a encontrarse con lo desconocido, llévame, ayúdame con tus consejos y lecciones para resolver el problema de mi vida.

Sugiere a mi imaginación las revelaciones que debo poner en práctica mañana.

Haz que tome fuerza en la contemplación de la naturaleza y levante mi espíritu atribulado de las nuevas luchas que ha sostenido y ha hecho desvanecer mis esperanzas.





Te exaltaré, Señor, porque me levantaste,

porque no dejaste que mis enemigos

se burlaran de mí.

Señor mi Dios, te pedí ayuda y me sanaste.

Tú, Señor, me sacaste del sepulcro;

me hiciste revivir de entre los muertos.

Canten al Señor, ustedes sus fieles; alaben su santo nombre.

Porque sólo un instante dura su enojo, pero toda una vida su bondad.

Si por la noche hay llanto, por la mañana habrá gritos de alegría.

Me fortalezco con el gran poder del Señor Jesucristo.

Me pongo toda la armadura de Dios y

hago frente a todas las artimañas del diablo,

y cuando llegue el dia malo, permaneceré firme

resistiendo hasta que acabe la batalla.

Me ciño con el cinturón de la verdad,

y me protejo con la coraza de justicia,

y calzo mis pies con el animo de proclamar el Evangelio de la Paz.

Ahora tomo el escudo de la fe con que voy a apagar

todos los dardos de fuego del maligno.

Tomo el casco de salvación y la espada del espíritu

que es la palabra de Dios.

Como guerrero oro todos los días y me mantengo alerta

y perseverante en oración de los unos por los otros.