Señor Jesús, te ofrecemos todo el día:
nuestro trabajo, nuestras luchas, nuestras
alegrías y nuestras penas.
Concédenos, como a nuestros hermanos de
trabajo,
pensar como Tú, trabajar contigo y vivir en
Tí.
Danos la gracia de amarte con todo nuestro
corazón
y de servirte con todas nuestras fuerzas.
Que tu Reino sea un hecho en las fábricas, en
los talleres,
en las minas, en los campos, en la mar, en
las escuelas,
en los despachos y en nuestras casas.
Que los militantes que sufren desaliento por
no tener tabajo
permanezcan en tu Amor y les ayudes a
encontrarlo.
Y que los obreros muertos en el campo de
honor del trabajo
y de la lucha, descansen en paz.
Madre de los pobres.
Ruega por nosotros.
AMEN
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