ORIGEN DEL ROSARIO DE LAS SANTAS LLAGAS:
Fue
Nuestro Señor mismo quien enseñó estas dos invocaciones a una religiosa de la
congregación de las Salesas del Monasterio de la Visitación de Santa María de
Chambery, la Hermana María Marta Chambon, muerta en olor de santidad el 21 de
Marzo de 1907.
Nuestro
Señor se dignó hacerle, en favor de las almas que rezaren dichas invocaciones,
promesas consoladoras y regaladísimas.
Escuchemos
al Divino Maestro:
"Concederé
todo cuanto se me pida con la invocación de mis Santas Llagas."
"Es
necesario propagar esta devoción."
"Debéis
repetir con frecuencia cerca de los enfermos esta aspiración: Jesús mío,
perdón y misericordia por los méritos de Vuestras Santas Llagas. Esta
oración aliviará a su alma y a su cuerpo. Muchas personas experimentarán la
eficacia de esta aspiración."
"El
pecador que dijese la oración siguiente 'Padre eterno, yo os ofrezco las
Llagas de Nuestro Señor Jesucristo para curar las de nuestras almas'
obtendrá su conversión."
"No
habrá muerte para el alma que expire en mis Llagas. Ellas dan la verdadera
vida."
"Un
alma que durante su vida ha honrado y aplicado las Llagas de Nuestro Señor
Jesucristo, ofreciéndolas al Padre Eterno por las almas del Purgatorio, será
acompañada en el momento de su muerte por la Santísima Virgen María y los
Ángeles, y Nuestro Señor Jesucristo en la Cruz, resplandeciente de gloria, la
recibirá y la coronará."
FORMA DE REZAR ESTE ROSARIO:
I. Oh Jesús, Redentor Divino, sed
misericordioso con nosotros y con el mundo entero.
- Amén
- Amén
II. Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal,
tened piedad de nosotros y del mundo entero.
- Amén
- Amén
III. ¡Perdón! ¡Misericordia, Jesús mío!;
durante los presentes peligros cubridnos con vuestra preciosa sangre.
- Amén
- Amén
IV. Padre Eterno, tened piedad y misericordia
por la Sangre de Jesucristo vuestro Hijo único; tened piedad y misericordia de
nosotros, os lo suplicamos.
- Amén, Amén, Amén
En
las cuentas grandes del Rosario:
En
lugar del Padrenuestro, se reza la jaculatoria Padre Eterno, yo os
ofrezco las Llagas de Nuestro Señor Jesucristo para curar las de nuestras
almas.
En
las cuentas pequeñas del Rosario:
En
lugar de las 10 Avemarías, se repite 10 veces la jaculatoria Jesús mío, perdón
y misericordia por los méritos de Vuestras Santas Llagas.
Al
terminar el Rosario se repite tres veces: Padre Eterno, yo os ofrezco las
Llagas de Nuestro Señor Jesucristo para curar las de nuestras almas.
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