Heme aquí a vuestros pies,
¡OH JESÚS DEL GRAN PODER!.
He aquí la más miserable de las criaturas,
que viene a Vuestra presencia,
humillada y
arrepentida.
Misericordia de mi,
OH SEÑOR DEL GRAN PODER Y MAESTRO,
según vuestra Gran Misericordia.
Pequé y contra Vos fueron mis culpas;
más a vos pertenece mi alma,
pues la habéis creado y redimido
por Vuestra preciosa sangre.
Por la Cruz que lleváis en vuestros hombros,
haced que vuestra obra no se pierda
y tened
piedad de mi.
Con vuestro GRAN PODER,
Con vuestro GRAN PODER,
ayudadme en todas mis necesidades;
socorredme en los peligros;
remediad mis enfermedades;
pero sobre todo Jesús,
dadme lágrimas de penitencias;
que soy tu hijo;
perdonadme como perdonasteis al ladrón
arrepentido;
mírame con compasión
desde el trono de
vuestra Omnipotencia.
Amén.
Amén.
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