Andaré vestido y armado con las armas de San
Jorge
para que mis enemigos, teniendo pies, no me
alcancen;
teniendo manos no me atrapen;
teniendo ojos no me vean
y ni con el pensamiento ellos puedan hacerme
mal.
Armas de fuego mi cuerpo no alcanzarán,
cuchillos y lanzas se quiebren sin mi cuerpo
tocar,
cuerdas y corrientes se rompan sin mi cuerpo
atar.
Jesucristo me proteja y defienda
con el poder de su Santa y Divina Gracia,
Virgen de Nazareth, me cubra
con su manto sagrado y divino,
protegiéndome en todos mis dolores y
aflicciones,
y Dios, con su divina misericordia y gran poder,
sea mi defensor contra las maldades
o persecuciones de mis enemigos.
Glorioso San Jorge, en nombre de Dios,
extiéndeme tu escudo y tus poderosas armas,
defendiéndome con tu fuerza y con tu grandeza
y que debajo de ti,
mis enemigos queden humildes y sumisos a Ti.
Así sea con el poder de Dios,
de Jesús y del Divino Espíritu Santo.
Amén.
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