Antes de comenzar cualquier ritual es imprescindible tomar
un baño llamado de descarga o depuración. También es bueno hacerlo cuando notemos que las cosas no marchan bien, como si hubiésemos acumulado energía negativa que nos corta los caminos.
Es muy importante mantener esta regla, pues nuestro cuerpo
es receptor de todos los influjos invisibles y si efectuamos un ritual sin
desprendernos de ellos, nos encontramos que esa energía que pretendemos
traspasar en un ritual, vendrá impregnada de cualquier disturbio. Mal para la
ceremonia y peor para nosotros, pues todo acto tiene su efecto de rebote o
retorno.
También es importante saber que por la misma ley de causa y
efecto, todo acto queda grabado en el astral y ello puede repercutir en
nosotros. Si lo que se pretende es un acto constructivo, regresará a hacia
nosotros constructividad, si por el contrario hacemos algo para destruir,
lógicamente recibiremos parte de esa destrucción. Así pues la decisión de cada
cual hará que los actos se lleven a cabo.
Aún y siendo un acto constructivo hacia alguien, no se puede
determinar a ciencia cierta si no va a repercutir negativamente en otro, es
decir, si haciendo bien a uno no producimos mal a un tercero. Porque no podemos
olvidar aquél dicho que reza así:
“Cuando uno se encuentra 100 dólares, significa que otro los
ha perdido”. Aquí está la clave de la magia y a nosotros nos corresponde el
decidir nuestras actuaciones siendo conscientes de lo que puede volver. Solo
así se puede acceder a la
Magia.
BAÑO DE DESCARGA
- Albahaca fresca
- Baño de agua
- Jabón de coco
Poner la albahaca fresca a macerar en agua una media hora
antes de tomar el baño. Previamente se habrá deshecho con las manos frotando la
hierba con nuestras manos, una contra otra (como si lavásemos la ropa).
Llevaremos al baño esta agua ya macerada y nos daremos una
ducha con jabón de coco lo más puro posible.
Una vez nos hayamos enjuagado con este jabón, pasaremos a
echarnos el agua de hierbas por encima, desde la cabeza hacia abajo.
Hecho esto, nos vestiremos sin secarnos, con las ropas
previstas para hacer el ritual.
Este baño también puede darse sin que sea previo a un
ritual. Es un buen baño de descarga y protección, muy adecuado para cualquier
momento en que nos sintamos cargados o fatigados por los acontecimientos del
día. Es imprescindible dárnoslo por lo menos una vez por semana.
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