Hoy estamos aquí para rendirte homenaje
a los pies de esta columna,
desde la cual tú velas con amor
sobre Roma y sobre el mundo entero,
desde que, hace ya ciento cincuenta años,
el beato Pío IX proclamó,
como verdad de la fe católica,
tu preservación de toda mancha de pecado,
en previsión de la muerte y resurrección
de tu Hijo Jesucristo.
a los pies de esta columna,
desde la cual tú velas con amor
sobre Roma y sobre el mundo entero,
desde que, hace ya ciento cincuenta años,
el beato Pío IX proclamó,
como verdad de la fe católica,
tu preservación de toda mancha de pecado,
en previsión de la muerte y resurrección
de tu Hijo Jesucristo.
¡Virgen Inmaculada!
tu intacta belleza espiritual
es para nosotros manantial vivo
de confianza y de esperanza.
Tenerte como Madre,
Virgen Santa,
nos alienta en el camino de la vida
como prenda de eterna salvación.
nos alienta en el camino de la vida
como prenda de eterna salvación.
Por eso a ti, oh María,
confiadamente recurrimos.
confiadamente recurrimos.
Ayúdanos a construir un mundo
donde la vida del hombre
donde la vida del hombre
se ame y defienda siempre,
donde se destierre toda forma de violencia,
y todos busquen tenazmente la paz.
donde se destierre toda forma de violencia,
y todos busquen tenazmente la paz.
¡Virgen Inmaculada!
En este Año de la Eucaristía
concédenos celebrar y adorar
con fe renovada y ardiente amor
el santo misterio del Cuerpo y la Sangre de Cristo.
En este Año de la Eucaristía
concédenos celebrar y adorar
con fe renovada y ardiente amor
el santo misterio del Cuerpo y la Sangre de Cristo.
En tu escuela, oh Mujer Eucarística,
enséñanos a recordar
las obras admirables
que Dios no cesa de realizar
que Dios no cesa de realizar
en el corazón de los hombres.
Con solicitud materna, Virgen María,
guía siempre nuestros pasos
guía siempre nuestros pasos
por los senderos del bien.
¡Amén!
El 8 de diciembre de 2004, durante el Ángelus, en el tradicional homenaje a la Virgen en la plaza de España,
en Roma, Juan Pablo II consagró la ciudad de Roma
y el mundo entero a ella, Madre inmaculada del Verbo hecho hombre, un faro de luz para la humanidad de todos los tiempos,y rezó esta oración escrita por él.
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