Rezar a continuación
las siguientes oraciones
durante nueve días consecutivos:
durante nueve días consecutivos:
I. Ofrecimiento.
Oh Padre eterno,
os ofrezco a honra y gloria vuestra,
y por
mi salvación y la de todo el mundo,
el misterio del Nacimiento de nuestro divino
Redentor.
Gloria, padrenuestro y avemaría.
II. Ofrecimiento.
Oh Padre eterno,
os ofrezco a honra y gloria vuestra,
y por mi
eterna salvación,
los sufrimientos de la Virgen santísima y de san José
en aquel
largo y penoso viaje de Nazaret a Belén,
y las angustias de su corazón por no
encontrar lugar
donde ponerse a cubierto cuando estaba para nacer
el Salvador
del mundo.
Gloria, padrenuestro y avemaría.
III. Ofrecimiento.
Oh Padre eterno,
os ofrezco a honra y gloria vuestra,
y por mi
eterna salvación,
el pesebre donde nació Jesús,
el duro heno que le sirvió de
cama,
el frío que sufrió, los pañales en que fue envuelto,
las lágrimas que
derramó y sus tiernos gemidos.
Gloria, padrenuestro y
avemaría.
IV. Ofrecimiento.
Oh Padre eterno,
os ofrezco a honra y gloria vuestra,
y por mi eterna salvación,
el dolor que sufrió el divino niño Jesús
en su tierno cuerpecito,
cuando se sujetó a la cruel circuncisión;
os ofrezco aquella preciosísima sangre,
que entonces derramó por primera vez
para la salvación de todo el género humano.
Gloria, padrenuestro y avemaría.
os ofrezco a honra y gloria vuestra,
y por mi eterna salvación,
el dolor que sufrió el divino niño Jesús
en su tierno cuerpecito,
cuando se sujetó a la cruel circuncisión;
os ofrezco aquella preciosísima sangre,
que entonces derramó por primera vez
para la salvación de todo el género humano.
Gloria, padrenuestro y avemaría.
V. Ofrecimiento.
Oh Padre eterno,
os ofrezco a mayor honra y gloria vuestra,
y por mi eterna salvación, la humildad,
la mortificación, la paciencia la caridad,
y todas las virtudes del niño Jesús,
y os doy gracias,
os amo y os bendigo infinitamente
por este inefable misterio
de la Encarnación del Verbo divino.
Gloria, padrenuestro y avemaría.
Oh Padre eterno,
os ofrezco a mayor honra y gloria vuestra,
y por mi eterna salvación, la humildad,
la mortificación, la paciencia la caridad,
y todas las virtudes del niño Jesús,
y os doy gracias,
os amo y os bendigo infinitamente
por este inefable misterio
de la Encarnación del Verbo divino.
Gloria, padrenuestro y avemaría.
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