Dice la Virgen de Guadalupe:
¿Acaso no estoy aquí yo que soy tu Madre?
¿Acaso no estás a mi sombra y bajo mí amparo?
¿Acaso no soy yo tu salud?
¿Acaso no estas en mi regazo y entre mis brazos?
¿Acaso necesitas alguna otra cosa?
¿Acaso no estás a mi sombra y bajo mí amparo?
¿Acaso no soy yo tu salud?
¿Acaso no estas en mi regazo y entre mis brazos?
¿Acaso necesitas alguna otra cosa?
Bajo tu amparo nos acogemos,
Santa Madre de Dios.
No desprecies las súplicas
que te dirigimos en nuestras necesidades;
antes bien líbranos de todos los peligros,
oh Virgen gloriosa y bendita.
Santa Madre de Dios.
No desprecies las súplicas
que te dirigimos en nuestras necesidades;
antes bien líbranos de todos los peligros,
oh Virgen gloriosa y bendita.
Concede a nuestros hogares
la gracia de amar y de respetar la vida
que comienza con el mismo amor
con el que concebiste en tu seno
la vida del Hijo de Dios.
la vida del Hijo de Dios.
Virgen de Guadalupe,
Madre del Amor Hermoso,
protege a nuestras familias,
para que estén muy unidas,
para que estén muy unidas,
y bendice a la educación de nuestros hijos.
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