Bienaventurado San Felipe Neri,
santo patrono de la alegría,
tú que confiaste en la promesa
de las Santas Escrituras,
de que el Señor está siempre al alcance de todos
y que no necesitamos tener ansiedad por nada,
en tu compasión y gran bondad:
sana nuestras preocupaciones y tristezas
y levanta las cargas de nuestros corazones.
Venimos a ti con un corazón lleno
de abundante amor a Dios
y toda la creación.
En nuestro pesar, te rogamos,
sobre todo por esta necesidad
(hacer la petición).
San Felipe bondadoso protégenos
por medio de tu intercesión amorosa,
y que el gozo del Espíritu Santo
que llenó tu corazón,
transforme nuestras vidas
y nos conceda la paz.
Te lo rogamos por Jesucristo nuestro Señor,
por su amada Madre la Virgen María
y por los dones del Espíritu Santo.
Amén.
Rezar La salve, el Credo y Gloria.
Hacer la oración y los rezos durante siete días consecutivos.
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