"Oh glorioso Príncipe Miguel:
Quien mejor que tú, conoce cuan terrible ha
de ser
comparecer ante el Tribunal Divino.
Tú eres quien introduce las almas
que han sido acompañadas hasta allí por tus
ángeles.
Tú asistes al juicio de cada vida.
Sostienes la balanza mientras son pesadas en
ella
las buenas y malas obras y escuchas la
sentencia final.
Recurro a ti para obtener una sentencia
favorable
de la justicia aquí en la tierra.
Disipa en mí, todo temor ante el tribunal
que ha de juzgazme.
para que pueda yo expresarme con firmeza y
claridad.
Claridad también te pido para el tribunal,
para que sepan juzgarme con benevolencia,
con justicia y con equidad.
Lléname de confianza en la Divina
Misericordia,
e indúceme a producir obras
que me aseguren una sentencia favorable.
Oh Arcángel Miguel, Príncipe de la Milicia
Celeste,
alcánzame un juicio favorable ".
Que así sea y será
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