Señor mío Jesucristo,
TU que nos dices que es mejor amar que odiar,
dame la fuerza necesaria y el amor
para luchar contra mis enemigos sin ningún
rencor.
Por tanto pido que por tu poderosa Sangre
derramada
por todos nosotros diluyas las envidias y
malicias
que mis enemigos quieren esparcirme
y en cambio ni yo ni ellos recibamos ninguna
maldad,
sino que vuelva por setenta veces siete,
a Satanás o al infierno profundo
de donde nunca debierón salir.
Amor soy, amor doy,
por tu sangre limpio me voy.
Amén.
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