='' HECHIZOS, ORACIONES Y MAGIA
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San Cayetano es protector del pan y del trabajo.


¡Oh glorioso San Cayetano Padre de la Providencia!,

no permitas que en mi casa me falte la subsistencia
y de tu liberal mano una limosna te pido
en lo temporal y humano.

¡Oh glorioso San Cayetano!,
Providencia, Providencia, Providencia.

(Aquí se pide la gracia que se desea conseguir)

Padrenuestro, Avemaría y Gloria.


Jaculatoria.

Glorioso San Cayetano, interceded por nosotros
ante la Divina Providencia.
 
¡Oh glorioso San Cayetano!

Aclamado por todas las Naciones,
Padre de Providencia, porque con portentosos milagros socorres a cuantos te invocan con fe en sus necesidades.

Te suplico me obtengas del Señor oportuno Socorro
en las angustias presentes y sea ello prueba
de la bienaventuranza eterna.

Amén.




 
 
 
"Dios Bueno y Todopoderoso,

que atiendes con amor las necesidades de tus criaturas,
 
concédenos amar eficazmente

a quienes carecen de alimento,

para que, en la comunicacion cristiana de los bienes,

y desterrada el hambre de la tierra,

podamos todos servirte con diligencia y alegría.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén."

 

Mateo 25,34:

Entonces el Rey dirá a los que tenga a su derecha: "Vengan, benditos de mi Padre, y reciban en herencia el Reino que les fue preparado desde el comienzo del mundo, porque tuve hambre, y ustedes me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; estaba de paso, y me alojaron; desnudo, y me vistieron; enfermo, y me visitaron; preso, y me vinieron a ver".

Los justos le responderán: "Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te dimos de comer; sediento, y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos de paso, y te alojamos; desnudo, y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o preso, y fuimos a verte?"

Y el Rey les responderá: "Les aseguro que cada vez que no lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, tampoco lo hicieron conmigo".

Luego dirá a los de la izquierda: "Aléjense de mí, malditos; vayan al Fuego Eterno que fue preparado para el Demonio y sus ángeles, porque tuve hambre, y ustedes no me dieron de comer; tuve sed, y no me dieron de beber; estaba de paso, y no me alojaron; desnudo, y no me vistieron; enfermo y preso, y no me visitaron".

Estos, a su vez, le preguntarán: "Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o sediento, de paso o desnudo, enfermo o preso, y no te hemos socorrido?"

Y él les responderá: "Les aseguro que cada vez que no lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, tampoco lo hicieron conmigo".

Estos irán al castigo Eterno, y los justos a la Vida Eterna".

 

 


 
 
Amado Señor:

A veces me siento tan deprimido
que no consigo ni rezar.

por favor liberame de este cautiverio.

Yo te agradezco, Señor por tu poder liberador.

Y en el poderoso nombre de Jesús,
expulso de mi el maligno espíritu de depresión,
odio, de miedo, de auto-piedad, de presion,
de culpa, de falta de perdón
y cualquier otra fuerza negativa que invistio contra mi.

Yo los amarro y los expulso en nombre de Jesús.

Señor rompe todas las cadenas que me atan.

Jesús te pido que vuelvas conmigo
hasta que esta depresión desaparezca,
y me liberes desde las raices de este mal.

Cura todos mis recuerdos dolorosos,
llename con tu amor, tu paz, y tu alegria.

Te pido que restaures en mi la alegria de mi salvación.

Señor Jesús , permite que la alegria
corra como un rio en las profundidades de mi ser.

Yo te amo, Jesús yo te adoro.

Trae en mis pensamientos
todas las cosas por las que puedo agradecerte,
Señor ayudame a alcanzarte, a tocarte;
mantener mis ojos puestos en ti y no en los problemas.

Yo te agradezco Señor por guiarme
y es en nombre de JESÚS CRISTO que suplico.

Amén,amén.
 
 
 





Oh! Augusta Reina de los Cielos
y Señora de los Ángeles,
pues habéis recibido de Dios el Poder y la Misión
de aplastar la cabeza de la serpiente infernal,
dignaos escuchar benigna,
las súplicas que humildemente os dirigimos.

Enviad las Santas Legiones, para que,
bajo vuestras órdenes,
combatan a los demonios,
dondequiera repriman su audacia,
y los persigan hasta precipitarlos al abismo.

¿Quién como Dios?

Santos Ángeles y Arcángeles,
defendednos y guardadnos.

Oh! Buena y Tierna Madre,
vos seréis siempre nuestro amor y nuestra esperanza.

Oh! Divina Madre,
enviad los Santos Ángeles para defendernos,
y rechazar lejos al demonio,
nuestro mortal enemigo.

Amén.

 


 
 
¡Padre Eterno,

Tu eres el único Dios inmortal,
Dios que es Amor, Misericordia y Bondad!
Mira a Tu Unigénito Hijo, Jesucristo, y ten misericordia.
Yo te ofrezco el dolor de Su Flagelación en la columna,
Sus Llagas y Sangre,
por todo Tu pueblo que está bajo el peso de la maldición, debido a los pecados de sus ancestros,
y su desobediencia rompiendo la alianza
que habían hecho Contigo.

Te pido tambien que nos liberes,
si en nuestra familia, o en nuestros antepasados
hubiera una maldición que nos esté perjudicando.

Libéranos por la Flagelación de Tu Hijo,
sánanos por de Sus Heridas,
y sálvanos a por Su Sangre Preciosa.

Amén
 

¡Sangre Preciosa de Jesucristo, libéranos de la maldición!

¡Santas Llagas de Jesucristo, sanen nuestras heridas!

¡Por Tu flagelación, séllanos!

Amén.

"Todos los que están bajo maldiciones y que constantemente digan esta oración, se liberarán de ellas. Y las familias que están sufriendo por la maldición de los pecados cometidos por sus antepasados, y que recen durante 144 días esta oración serán liberadas. Todos los que estén expuestos a mosis, serán salvados y también liberados de sus maldades si ellos constantemente dicen esta oración y se arrepienten”

 


 
 
 
"Virgen María de Guadalupe,
Madre del verdadero Dios por quien se vive.

En San Juan Diego, el más pequeño de tus hijos,
Tú dices hoy a los pueblos de América Latina:

"¿No estoy yo aquí que soy tu Madre?

¿No estás bajo mi sombra?

¿No estás por ventura en mi regazo?"


Vine a ti, a pedirte ayuda y la recibí,
Vine a pedirte amor, y lo encontré.
Y vengo hoy a agradecerte
desde lo más profundo de mi corazón
los favores, ayudas, y la protección
que encontré y que cada día sigo encntrando en Tí.

Gracias Madre Mía, Virgen Guadalupana
Madre de todos los Mexicanos.

Gracias por recibirme como hijo tuyo
gracias por atender mis súplicas,
gracias por hacer mi vida mejor,
gracias por inteceder por mí.

Gracias, gracias Madre mía
 
 
 


 
 

Señor Jesús,
tu has venido a curar los corazones heridos y atribulados,
te ruego que cures los traumas
que provocan turbaciones en mi corazón;
te ruego, en especial que cures aquellos
que me causan enfermedad.

Te pido que entres en mi vida,
que me cures de los traumas psíquicos
que me han afectado en tierna edad
y de aquellas heridas que
me los han provocado a lo largo de toda la vida.

Señor Jesús, tú conoces mis problemas,
los pongo todos en tu corazón de Buen Pastor.

Te ruego, en virtud de aquella gran llaga
abierta en tu corazón,
que cures las pequeñas heridas que hay en el mío.

Cura las heridas de mis recuerdos,
a fin de que nada de cuanto me ha acaecido
me haga permanecer en el dolor,
en la angustia, en la preocupación.

Cura, Señor, todas esas heridas íntimas
que son causa de enfermedades físicas.

Yo te ofrezco mi corazón, acéptalo, Señor,
purifícalo y dame los sentimientos de tu Corazón divino.

Ayúdame a ser humilde y benigno.

Concédeme, Señor, la curación del dolor que me oprime
por la muerte de las personas queridas.

Haz que pueda recuperar la paz y la alegría
por la certeza de que tú eres la Resurrección y la Vida.

Quita de mi alma la opresión y la tristeza.

Hazme testigo auténtico de tu Resurrección,
de tu victoria sobre el pecado y la muerte,
de tu presencia Viviente entre nosotros.


¡Amén!


 
 
 
Esta plegaria fue hallada en 1505 en el sepulcro de nuestro Señor Jesucristo y enviada a San Miguel en Francia.

Aquel que lea esta plegaria, que la oiga leer, que la publique o que la lleve encima, no morirá en pecado mortal, no se ahogará, ni se quemará ni ningún vecino le hará daño, ni tampoco caerá nunca en poder de sus enemigos y no será vencido en las batallas. Una mujer que vaya de parto y oiga leer esta plegaria o la lleve encima, librará felizmente al recién nacido.

Poniendo esta plegaria en el costado derecho quedará preservado de un gran numero de accidentes.

Todo el que lleva esta plegaria encima será guardado de epilepsia y cuando en la calle vea a una persona atacada de dicha enfermedad se pone esta plegaria en su costado derecho y quedará instantáneamente sano, levantándose con alegría.

Aquel que ha escrito esta plegaria para él o para otros, lo bendecirá el Señor y el que se burle o haga sarcasmo, hará penitencia, deberá hacerla.

Siempre que esta plegaria esté depositada o colocada en una casa, será libre de truenos y rayos y aquel que diariamente la lea será avisado por tres días y promovido por medio de un signo divino en la hora de la muerte que será la del reposo eterno.
 
 




 
 
Postrado ante tus pies, humildemente,
Vengo a pedirte dulce Jesús mío,
Poderte repetir constantemente:
Mi buen Niño Jesús, en ti confío.

Si la confianza es prueba de ternura,
Esta prueba de amor darte yo ansío,
Aun cuando este sumido en amargura,
Mi buen Niño Jesús, en ti confío.

En las horas más tristes de mi vida,
Cuando todos me dejen, ¡Oh Dios mío!,
Y el alma este por penas combatida,
Mi buen Niño Jesús, en ti confío.
 
Aunque sienta venir la desconfianza,
Y aunque todos me miren con desvío,
No será confundida mi esperanza:
Mi buen Niño Jesús, en ti confío.

Si contraje contigo santa alianza
Y te di todo mi amor y mi albedrío,
¿Cómo ha de ser frustrada mi esperanza?
Mi buen Niño Jesús, en ti confío.

Y siento una confianza de tal suerte,
Que sin temor a nada Jesús mío,
Espero repetir hasta la muerte:
Mi buen Niño Jesús, en ti confío.