Gloriosa Santa Tecla
que en el trance de la muerte,
dais consuelo y alegría
sednos, Tecla amada,
norte y guía,
en aquel punto final.
A los dieciocho años,
San Pablo a Dios os llevó
pues claro sol os hirió
con sus voces rayo a rayo,
tan fuerte que en celestial
pira, vuestro pecho ardía.
Por defender la pureza
en Antioquía os echaron
a las fieras, y olvidaron,
al veros, su gran fiereza,
triunfando así del infernal
monstruo, de la lozanía.
Sois especial abogada
en partos y calenturas,
en langosta y mordeduras,
y en la tempestad airada,
teniendo de todo mal
general abogacía.
Y por eso Tecla amada,
ante ti, todos venimos,
a rogarte nos asistas,
pues tu ayuda precisamos
en momentos tan difíciles,
y así te lo demandamos.
Danos protección y ayuda
para:
(Exponer el problema)
y por ello siempre tendrás
nuestra gratitud y alabanzas.
Sean bendita por siempre
Santa Tecla bien amada.
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