Oh celeste tesorera
de todas las gracias,
Madre de Dios y mía Madre, María!
que eres la hija
primogénita de el Padre eterno
y que tienes en tus manos Su omnipotencia,
ten
piedad de mi alma y concédeme
la gracia que fervorosamente suplico
Avemaría
Oh misericordiosa
dispensadora
de las gracias divinas, María Santísima,
Madre del Hijo de Dios
encarnado!
que te coronó con Su inmensa sapiencia,
considera la grandeza de mi
sufrimiento
y concédeme la gracia de que tanto necesito.
Avemaría
Oh dulcísima
dispensadora
de las gracias divinas,
Inmaculada esposa de el eterno Espírituo
Santo,
María Santísima!
que de Él recibiste un corazón
que se conmueve por piedad
de las desventuras humanas
y no puede resistir a consolar los que sufren,
ten
piedad de mi alma
y concédeme la gracia que espero
con plena confianza en tu
inmensa bondad
Avemaría
Si, si, mi Madre,
tesorera de todas las gracias,
refugio de los pobres pecadores,
consoladora de
los aflijidos,
esperanza de quien se desespera,
auxilio poderosísimo de los
cristianos,
deposito en ti toda mi confianza
y tengo certeza de que obtendre de
Jesús
la gracia que tanto deseo,
y deseo que sea para el bien de mi alma
Dios te salve,
Reina y Madre de misericordia
0 comentarios
Publicar un comentario