Santísima Virgen, Madre de Dios,
Auxiliadora de todos los males,
fortalecedora en todas las circunstancias,
manantial que apaga nuestra sed
en todas las necesidades,
que padecemos tus devotos.
Tu nos atiendes, Madre,
efectivamente y con premura,
y por eso yo, aunque indigno pecador,
postrado a vuestros pies
en presencia de Dios omnipotente
os ofrezco este mi corazón
con todos sus afectos.
Aceptad este humilde ofrecimiento,
vos que siempre habéis sido
la auxiliadora del pueblo cristiano.
Oh Virgen María Auxiliadora,
Reina de los cielos, Madre María,
tu que eres refugio de los atribulados,
ten misericordia de la pena que tanto me aflige,
del apuro extremo en que me encuentro
e intercede por mi ante Dios
para darle una favorable solución
a la mayor brevedad posible,
pues me aflige y tortura
hasta el punto de deprimirme severamente.
(Hacer la petición)
(Hacer la petición)
Reina de los cielos, Madre María,
en vuestras manos pongo mi causa.
Se bien que en los casos desesperados
vuestra misericordia es infinita
y nada puede resistir a vuestro poder.
Alcanzadme Madre mía la gracia que os pido
si es del agrado de mi Dios y Señor.
Amén.
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