peregrino mendicante,
que siempre ayudaste
a los enfermos contagiados por la peste,
y estuviste dispuesto
a ayudar a los demás
por medio del servicio
y tus fervientes oraciones.
No tuviste hogar y falleciste
solo en una mazmorra.
No es de extrañar que los enfermos
siempre hayan invocado
con toda su confianza tu ayuda.
Por favor, conceder una cura
a este enfermo, (Nombre).
O grandioso San Roque,
te suplicamos,
que por tu intercesión,
que por tu intercesión,
sean preservados nuestros cuerpos
de las enfermedades contagiosas,
y nuestras almas del contagio del pecado.
y nuestras almas del contagio del pecado.
Concédenos aire salubre,
pero, sobre todo, la pureza de corazón.
Ayúdanos a hacer un buen uso de la salud,
a llevar nuestros sufrimientos con paciencia,
y, después de conocer tu ejemplo,
a vivir en la práctica de la caridad,
para que un día podamos disfrutar
de la felicidad que tú ha merecido
por tus virtudes y tu bondad.
San Roque, ruega por nosotros.
(3 veces)
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