Ante ti vengo señor con toda la fe de mi alma,
a buscar tu sagrado consuelo en mi difícil situación,
no me desampares en las puertas
a buscar tu sagrado consuelo en mi difícil situación,
no me desampares en las puertas
que se me han de abrir en el camino.
Sea tu brazo poderoso el que me las abra,
para darme la tranquilidad que tanto ansío.
(Hacer con fe tres peticiones difíciles).
Esta es la suplica que te hace un corazón afligido
por los duros golpes del cruel destino que lo ha vencido.
Siempre en la lucha humana.
Ya que si tu poder divino no intercede en mi favor,
sucumbiré por falta de ayuda.
Brazo poderoso, asísteme,
ampárame y concédeme
La gracia celestial.
Gracias Dulce Jesús.
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